De "Goa" (Andi Nachón)






















Brujas

Celebremos: hay ciruelas
duraznos y cerezas. El ejercicio
firme de la tarde, su cruenta
efervescencia. Que así todo sea
brille, acabe y de nuevo
ahora
lleguen las cerezas.


Tormenta

Y una anda bajo la lluvia
no se pregunta
si es una chica
esa que va
bajo tanta agua, tanto deseo
de dormir en casa. Una y las hojas
caen lentas, metálicas
de los fresnos
hacia la tormenta y una
no recuerda: es una chica ésta
bajo toda el agua esta noche
mojada sobre su capucha
su simple integridad de chica
que marcha sola
es la tormenta
donde baja la hoja, níquel del aire
para vos demorada: para
esta chica
que sin saber camina.


La hormiguita viajera

"Que tus deseos
se hagan realidad". Se trata entonces
de precisar ciertas cuestiones. Total
pronostican frío
al llegar a la ciudad vientos
capaces de arrastrar árboles,
personas. Así las cosas: a fuerza de no llamarte
llamé dos veces. Urgentes
cruzamos los suburbios y con ese plan
atravesamos en la ansiedad, el escalofrío: cuando sólo
podés ver rutas
y más rutas cortadas, zonas parquizadas
o áreas de recreación. ¿partimos
hechos dos o tres pedacitos? ¿Dejamos un hito
más del recorrido? Tus deseos
hechos realidad: la superficie
tersa de la oscuridad y que las luces
de la autopista hagan una, para en el ritmo
no olvidar tu nombre y el sitio
adonde vas a despertar.


Misha

Debieras decir "¿hace calor
esta noche ahí?". Toda la tarde
entre la regadera y el fondo
un pañuelo en el pelo para esta pepa
que lava el balcón bajo un sol
capaz de aplastar ciudades, escarabajos
voluntariosos y su sendero
de la maceta blanca a la palmera, tarde toda
entera, colgando tus piernas al octavo
piso a un pulmón de manzana. Debieras decir aquí
la noche es respirable apenas y yo
camino, linda, igual a esa nena sola
que mataba moscas
en el balcón de un depto muy alto. Debajo
la avenida, autos
esas voces que -todavía- no llegan.


Tammy

¿Demasiado tarde
entonces? Hay esa luz
capaz de clavarte al suelo
en su dicha: no es belleza
esta consciencia
del cielo de junio
sobre nosotros.


Maggie

Perezosas a rayas
largos vasos de limonada y una manguera
inunda la terraza. Firmes
planean tus remeras: lo demás
sobre este febrero
apenas pesa.


Damas de la costa

Una casa en la costa
el traslado anual
ropa blanca y amplia, algo
de souvenir comprado cuando abrís la ducha
para que el agua caiga
fría sobre tu cabeza. Sobre esta tarde
de una estación improbable. Prometiste bondad
gentileza: un momento
que callaste el quiero
quedarme sin aire o en verdad
un mariposa casi
choqué por la calle. Ahora
te entregás al túnel
desciende el cuerpo y asciende tenaz
la temperatura cuando la nena
canta y dice en el subte
"¿no me aplaudís?". Nudillos
chocarías con ella pidiendo
un buen partido aunque fuera
ya está el cielo y la pelopincho
a la entrada de esa casa
con ladrillos de canto. Entonces prometamos
no en la música
no en la danza: esto que aparece
entre las personas cuando bailan.


Surfers

¿Mantendrías los pies
firmes sobre la tabla? Para mí
que hoy te espero en este cuerpo
de nadadora negando poder
a la tierra firme. Mandrás el peso
equilibrado sobre la ausencia
de agua que hable tu condición
un don
rescatado entre caracoles, erizos y palitos
trenzados de helado. Era de agua
una cubetera gigante que casi
no entraba en tu boca y también las moras
saqueadas entre gatas peludas, divas
empelucadas dejaron dolorosas
marcas en tus manos. Vos seguramente
mantendrías la tabla
firmes tus pies
para llegar hasta mí, a este verano
donde pido asilo político o algo
que detenga tanto calor, tanta
marejada.


Trixi

Cuatro desconocidos
al fin de cuentas
comparten un trayecto. Incandescencia,
signos viales y éste
un espacio tomado por oscuridades. El auto
entra y sale túneles
profundas bocas de ballena, curvas
estragadas a la montaña, a la costa. Un mar intuído,
daría cuenta por nosotros
bajo este domo. Cuatro extraños
a través del paisaje recortado en fábricas,
grandes tiendas
villas balnearias. Acomodará ella su pelo
tras su oreja, alguien dormirá
los asientos traseros. Ciertas exactitudes
momentáneas al menos: aquí doblar,
allí detener la marcha.


Narciso

El ramo de amarillos y naranjas
descansa en tus manos este anochecer
de martes de
retorno a casa
depués del trabajo y antes
de la comida frente a la tv. Resplandecen pétalos
ante el cansancio en los cuerpos
ladeadas
cabezas sobre el sueño
furtivo el traslado. Inclinada hacia atrás
vos y tu cabeza contra ruidos
voces, sin distinguir una
sin la opción
de separarlas o el rescate
-extrañamente- toda esta gente
y está toda viva.


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